Es muy común creer que el comercio electrónico es sinónimo de gangas.
Los vendedores online tienen esto presente, lo cual ha provocado en China una guerra sin ley ni ganador.
Liu Qiangdong, director general del operador del portal de venta Jingdong, causó un mini-terremoto, con la promesa que todos los precios de su portal sería siempre más barato que sus competidores, y sobre todo más barato que su principal competidor Suning, tras este anuncio el portal fue asediado al inicio de la campaña que tuvo como objetivo celebrar el aniversario de la tienda online.
"¡Si Suninge se atreve a vender un producto a un yuan, probablemente encontrará lo mismo en nuestra tienda online a CERO yuanes!" fue el lema de guerra de Liu Qiangdong.
La guerra de precios es una buena estrategia, siempre y cuando no se abuse de ella.
Vemos al menos tres consecuencias que no son de beneficio para el consumidor.
- Un fuerte aumento en las ventas ejerce una importante presión en el servicio post-venta.
- A largo plazo, el caos en el comercio electrónico conduce a un deterioro de la calidad del servicio, lo que va en contra de los consumidores que no benefician de esta guerra hasta que los precios se estabilizan.
- En el caso de que un proveedor salga beneficiado por esta competencia al derrotar a todos los demás, la empresa se convierte en un monopolio y buscará maximizar sus ganancias con el tiempo, subir el precio de los productos a pesar del incremento en el volumen.
Lo que es cierto en China también es válido en el sector del comercio electrónico en Europa. La diferenciación por el precio más bajo no es una panacea cuando se vuelve excesiva. La calidad del servicio, la atención al cliente, las innovaciones técnicas permiten tener una mejor experiencia de compra por internet, esto es uno de los caminos razonables a los cuales se debe recurrir, incluso en tiempos de crisis.
El comercio electrónico ha tenido siempre esta tendencia al precio más bajo, a veces excesiva meramente heredada del comercio tradicional, no olvidemos que los primeros vendedores online fueron a menudo comerciantes aventureros capaces de ver en el e-commerce la oportunidad de un nuevo canal de venta.
Podemos trazar un paralelo con Europa, quien desde hace dos o tres décadas se construye en la modalidad "Europa de los consumidores" favoreciendo los precios bajos gracias a la compra de bienes que provienen de países con bajo coste en la mano de obra... hasta el día en que hay menos compradores. Hemos olvidaddo que los que compran son aquellos que tienen un trabajo! A través de medidas sociales, las personas que no trabajan han sido indemnizadas generando la deuda!
Hoy la situación es otra, actualmente no tenemos los medios para ayudar a la economía a salir adelante a través de acciones sociales y socorrer a los mercados. Quizás es hora de construir (por fin) una Europa equilibrada entre consumidores y productores ...
Lo que es cierto para Europa también lo es para el comercio electrónico, no se puede estar socorriendo todo el tiempo a los mercados mediante una estrategia de precios bajos, para ello, se debe contar con mucho dinero y en este juego nunca se sabe si un competidor tiene los bolsillos lo suficiente amplios para soporta esta estrategia.
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