Cuando ofreces ofertas especiales, verifica su valor.
Esto parece obvio, pero en ocasiones no verificamos su valor real (el precio en otras tiendas) o el valor percibido (aquel que el cliente está dispuesto a pagar), ambos deben ser superiores al precio de venta aplicando la oferta.
De lo contrario, ¡tu estrategia obtendrá el efecto de una espada que atraviesa el agua!
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