Aprendo en el Journal du Net que la Digital Commerce Factory deja de lado la delegación e-commerce.
La Digital Commerce Factory, es una agencia que se instaló en 2011 por los accionistas de Vente-privee.com y dirigida por Catherine Barba, de la firma de asesoramiento sobre comercio electrónico Malinea, la cual había sido comprada por la nueva estructura.
En cuanto la delegación de comercio electrónico, es un concepto importado de los EE.UU. que, simplemente, se encuentra entre la franquicia y un acuerdo comercial. En pocas palabras, transpone el principio de franquicia en Internet. Un franquiciado, o más bien una especie de mutante franquiciado con varios territorios exclusivos, obtiene un acuerdo comercial un mandato de una marca, de preferencia con cierta notoriedad, para comercializar sus productos exclusivamente en Internet.
Sobre el papel, el principio es bastante simple y parece un mercado en desarrollo. Vender online es una profesión, una marca no tiene necesariamente el conocimiento (tecnología, marketing online, etc) y recursos (humanos, logísticos, internacional, etc) para embarcarse en este canal. La marca por lo tanto, delega a una franquicia las ventas de la actividad online, a cambio de un porcentaje de las ventas. Queda al franquiciado "montar" la actividad beneficiando de la notoriedad de la marca. Un concepto de win-win que permite a una marca vender más y potenciar su negocio, y para el especialista en comercio electrónico el beneficio de contar con productos de calidad para facilitar la venta.
En la teoría solamente. En la práctica, si los actores principales, como Digital Commerce Factory, quien renuncio para centrarse en el consejo, es porque el modelo está incompleto - el mutante franquiciado con varios territorios exclusivos, es difícil de gestionar, porque el business model es difícil de definir: incluso beneficiándonos de la notoriedad de la marca, la puesta en marcha, la delegación de comercio electrónico requiere de importantes fondos para empezar. Luego, la tienda online tiene dificultades para despegar y genera poca ventas, lo que significa pocos ingresos para el franquiciado, y es el fracaso para la marca y para el franquiciado; o la tienda crece lo suficiente como para generar una cifra de negocio suficientemente grande permitiendo recuperar la inversión inicial de la franquicia y generar beneficios sustanciales. A continuación, termina haciendo sombra a la marca que no ha dejado de recuperar el control para que no se sequen sus canales de venta tradicionales y recuperar su independencia en un canal importante que ella debe controlar.
Esto, sin omitir el caso particular, pero no tan raro, una buena marca dirigida por un tirano, cuyo franquiciado se convierte en cierta forma en el ejecutante servil de decisiones no siempre acertadas, ya que no controla la política de la marca... y termina recortando sus beneficios para no oponerse al cliente.
Algunos argumentarán que la venta online delegada que funciona no tiene por qué ser tratada en el interior de la empresa, bajo pena de ver caer la ventas mientras se esta definiendo la organización y los recursos internos. Se toma un riesgo importante cuando se re-vende la marca, por ejemplo, de ahí las cláusulas de salida a veces difícil para el franquiciado.
En cuanto a las "pequeñas" empresas que tienen una cierta reputación, es en realidad una solución que debe ser estudiada para aumentar los beneficios, la rotación o el desarrollo internacional, pero es para el franquiciado que el ejercicio se vuelve peligroso en la transferencia del riesgo. Excepto, por supuesto, para aunar recursos en un mayor número de delegaciones y tiendas. Esto es lo que parece haber probado Digital Commerce Factory, con referencias como Courreges, Karl Lagerfeld, Jalla o Descamps. Al parecer, sin éxito.
A esto se suma, a veces, problemas reales de funcionamiento. En el área de la plataforma, por ejemplo, porque es mucho más difícil gestionar una tienda desarrollada en Magento o Prestashop, que simplemente dar consejo en la creación de una tienda en Magento o Prestashop! Y luego está todo lo demás, incluida la logística. No hay nada en común entre el envío de un paquete "low cost" y enviar un minucioso paquete de una marca de lujo.
Una buena idea en papel que realmente no funciona en la práctica, salvo en casos especiales - siempre hay excepciones que confirman las reglas- y sin duda la prueba, sabemos que el comercio electrónico es una profesión, sobre todo un canal complementario que es difícil delegar para desconectarlo de la estrategia global de la marca, y mucho menos cuando ya ha ganado una sólida reputación ...Es una decisión comprensible, una sabia y valiente decisión tomada por Catalina Barba y Digital Commerce Factory, no sólo de abandonar la delegación de comercio electrónico, sino también de volver a lo básico: el consejo.
Sin la delegación de comercio electrónico y con la toma de conciencia de que ellas mismas deben gestionar este canal de ventas online, las marcas, tendrán una gran necesidad de consejo.
Malinea y sus equipos se han convertido en Digital Commerce Factory, siempre han tenido una legitimidad real en este ámbito y en el intercambio de experiencias …